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  • El informe Perspectivas Económicas de América Latina analiza cuestiones relacionadas con el desarrollo económico y social de América Latina. Cada año, y desde el lanzamiento de la primera edición en noviembre de 2007, el informe analiza la situación y los resultados latinoamericanos, y los compara con los de otros países y regiones del mundo, compartiendo así experiencias y buenas prácticas.

  • El crecimiento del PIB en América Latina será negativo en 2016 por segundo año consecutivo, entre un -0.5% y un -1.0%. La región no experimentaba dos años de contracción económica desde los años 80. Ello plantea retos para proteger y continuar con los avances socioeconómicos recientes, en especial la disminución de la pobreza, la reducción de la desigualdad y la expansión de la clase media. Así, cerca de 7 millones de latinoamericanos cayeron en la pobreza en 2015, elevando la cifra total de pobres a 175 millones de personas, el 29% de la población. Más aún, entre 25 y 30 millones de latinoamericanos en situación de vulnerabilidad – uno de cada tres de los que salieron de la pobreza en la última década – podrían volver a caer en ella si la desaceleración se prolonga y pierden su empleo, o si enferman o se retiran.

  • El informe Perspectivas Económicas de América Latina 2017 analiza las actitudes, desafíos y oportunidades de la juventud latinoamericana. La población de jóvenes en América Latina y el Caribe (ALC) de edades comprendidas entre 15 y 29 años asciende a más de 163 millones – en torno a un cuarto de la población total de la región. La economía de ALC, con una evolución prometedora en épocas recientes, está ahora en fase de ralentización, lo cual pone en riesgo los avances sociales, políticos y económicos de la última década. Los jóvenes se encuentran en una encrucijada y encarnan las promesas y los desafíos de la región.

  • Este capítulo ofrece una visión panorámica de la publicación Perspectivas Económicas de América Latina 2017. En primer lugar presenta las tendencias económicas recientes y las oportunidades y desafíos que tienen los jóvenes en América Latina y el Caribe en este contexto. Posteriormente explora cómo mejores competencias y mayores oportunidades de emprendimiento pueden favorecer la inclusión económica, social y política de los jóvenes en la sociedad latinoamericana de hoy y del futuro. Finalmente, el capítulo resume las principales recomendaciones de política pública que emergen del análisis realizado en el conjunto de la publicación.

  • América Latina debe volver a una senda de crecimiento económico sólido e inclusivo. La prolongada desaceleración económica de la región confirma que el crecimiento potencial es más débil de lo previsto. Esta evolución pondrá a prueba la fortaleza del progreso socioeconómico logrado durante la pasada década, especialmente en lo que se refiere a la notable reducción de los niveles de pobreza y la emergencia de una clase media. El presente capítulo analiza las perspectivas de crecimiento de América Latina en un entorno internacional más exigente y explora sus consecuencias sobre los mercados laborales y los indicadores socioeconómicos clave de la región, tales como pobreza y desigualdad. Además, analiza las opciones de política económica enfocándose sobre la inversión en infraestructuras y competencias para estimular el crecimiento inclusivo dentro de un marco fiscal creíble y sostenible.

  • La mayoría de los países de América Latina todavía pueden aprovechar el bono demográfico. Sin embargo, para que esto suceda, la región de América Latina y el Caribe (ALC) necesita invertir más en los jóvenes, y favorecer su inclusión en los procesos económicos, políticos y sociales. El presente capítulo analiza los retos pendientes en la región de ALC, y ofrece un panorama estadístico detallado de cómo la posición que ocupan los jóvenes en el mercado laboral y los procesos para su inclusión en la sociedad han evolucionado en varias dimensiones clave. Así mismo, identifica un conjunto de instrumentos de política pública con el fin de abordar estas brechas. El capítulo se compone de dos partes. En la primera se ofrece una perspectiva general del comportamiento laboral juvenil durante la última década, centrándose tanto en indicadores de situación del mercado laboral como de calidad del trabajo. En la segunda, a fin de ofrecer un panorama más completo sobre la inclusión de los jóvenes en la región, se analizan otros indicadores de inclusión, tales como la salud, la satisfacción con la vida y las perspectivas de futuro, la participación cívica y social, el impacto de la delincuencia y la percepción de seguridad. Por último, el capítulo esboza un conjunto de objetivos y recomendaciones de políticas para promover la inclusión de los jóvenes en los países latinoamericanos.

  • Las competencias son esenciales para que los jóvenes puedan completar el proceso de transición a la vida adulta, contribuir a economías basadas en el conocimiento y participar en sociedad. Al mismo tiempo, las habilidades sociales y cognitivas permiten a los individuos contribuir al crecimiento y desarrollo de sus países. Las escuelas y las universidades son parte de las principales fuentes de formación y adquisición de capacidades de los jóvenes. Por ello, este capítulo analiza el nivel educativo y las competencias de los jóvenes de América Latina y Caribe (ALC) a través de un rico estudio estadístico, al tiempo que describe su desempeño y evolución en lectura, matemáticas, ciencias y tecnología de los últimos diez años. Además, el capítulo describe los principales resultados de los programas de formación laboral para jóvenes, cuyo objetivo es brindar a quienes abandonan prematuramente la escuela competencias que les permitan participar en actividades productivas. Por último, se esbozan una serie de objetivos y recomendaciones para mejorar la educación y formación de los jóvenes latinoamericanos.

  • El emprendimiento juvenil puede ser un vehículo para promover la empleabilidad y la movilidad social de los individuos, generando a la vez una transformación productiva. Si bien las actitudes hacia el emprendimiento en ambas regiones son similares, los jóvenes emprendedores latinoamericanos suelen tener una menor educación y provenir de entornos socioeconómicos más desfavorecidos que los de las economías de la OCDE. Con menos recursos, competencias y experiencia, aquellos afrontan mayores obstáculos en la creación de empresas a la hora de acceder al financiamiento, adquirir competencias empresariales, integrar redes empresariales, crear nuevos mercados y superar las barreras regulatorias. En cierta medida, las políticas públicas en estos ámbitos han mejorado las perspectivas de emprendimiento joven. Las evaluaciones de programa sugieren que los programas de emprendimiento juvenil han sido eficaces para mejorar los resultados del mercado laboral. Reforzar los componentes más efectivos de dichos programas, como la formación empresarial, el asesoramiento y la tutoría, puede mejorar considerablemente la eficacia de los programas en el futuro.

  • El mundo del trabajo, las políticas y las ciudades están sufriendo grandes transformaciones, debidas fundamentalmente al cambio tecnológico. Las tecnologías aplicadas al trabajo están reemplazando ciertas tareas y creando otras nuevas, reorientando así la demanda de competencias. También están apareciendo nuevas maneras de expresar las demandas sociales, que están desempeñando un papel catalizador del actual descontento y desapego del sistema político, manifestado fundamentalmente por los jóvenes en ALC. El proceso de urbanización prosigue en la región y, en un futuro próximo, las ciudades estarán más densamente pobladas e interconectadas, serán más diversas, más activas económicamente y más complejas que las ciudades actuales. Todas estas transformaciones están dando lugar a desafíos y oportunidades, perfilando un futuro de una naturaleza muy distinta al mundo que hoy conocemos. Las políticas deben preparar a los jóvenes para el cambio, y para afrontar nuevos desafíos y aprovechar al máximo las oportunidades emergentes.